lunes, 11 de julio de 2016

CONCIENCIA DE CLASE

Clara Castrillo
La Guerrilla Comunicacional



"Conciencia de clase" es un concepto bien conocido que hace referencia a la capacidad de los individuos que conforman una clase social de ser conscientes de su pertenencia a esta clase social. La conciencia de clase implica también la capacidad de actuar de manera conjunta en beneficio de sus intereses, no individuales sino colectivos, y como clase social consciente de serlo. Para entendernos: el lema We are the 99% que puso de moda el movimiento estadounidense Occupy Wall Street habla desde la conciencia de clase y el enfrentamiento de la clase trabajadora / pobre (99%) contra la clase dirigente / rica (1%). Cuando durante el 15-M gritábamos "no nos representan", lo hacíamos sobre la misma premisa: ellos (el 1%) no nos representan a nosotros (el 99%).






El anarquista Pierre-Joseph Proudon,a mediados del siglo XIX, relacionaba la capacidad política con la auto conciencia. Poco después, Marx distinguió entre la clase en sí (clase existente) y la clase para sí (clase consciente de su existencia). Y depués Lenin, Rosa Luxemburgo, Gramsci, Lukács ... Este último decía, en Historia y conciencia de clase, que ninguna clase social existe como tal, sino en la medida en que se toma conciencia. Es decir, que, en términos marxistas, la clase en sí no existe sin la clase para sí.



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Actualmente, la mayoría de autores niegan la existencia de clases sociales, a menudo basándose en la idea del gran cambio económico, político y social que hemos sufrido como sociedad en los últimos cien años. Ya no somos proletarios, o burgueses, o nobles, y ha nacido una nueva clase que hemos bautizado como "clase media" y que ha roto la barrera entre unos y otros. Es el mismo concepto en que se basa la American Dream: las circunstancias que rodean tu nacimiento (país, capacidad económica, raza, sexo ...) no determinan en quien te puedes convertir, somos una meritocracia y, por tanto, tus habilidades acompañadas de trabajo duro te llevarán donde quieras.Sí que es verdad que en los años previos a lo que conocemos como "crisis" de 2009, la línea entre la burguesía y el proletariado nos podía parecer muy fina: un albañil o una secretaria podían tener un buen sueldo y acceso a crédito, por tanto, casa, segunda residencia, un buen coche, viajes por vacaciones, universidad para los hijos ... los domingos las familias iban al cine y veían películas de superación, de pobres que se habían hecho cantantes, o habían fundado grandes empresas al garaje de un primo, o que habían inventado a saber qué tontería, y que se habían hecho multimillonarios y ahora vivían en una mansión en Sillicon Valley. Y se sentían un poco como ellos porque sus padres lo habían pasado muy mal en la posguerra, y ellos se habían criado comiendo lentejas día sí día también. Pero ya no, ahora ya estaba superado, todo esto. Eran la clase media, la pequeña burguesía, conscientes de que vivían en "el mejor de los mundo posibles" y conscientes de la desaparición del proletariado o la clase obrera.







Y entonces, como una bomba inesperada, llegó la crisis y las hipotecas ya no se podían pagar, ni los alquileres, porque los sueldos habían bajado o porque, directamente, los trabajos se habían perdido. Esta clase media pierde el acceso al crédito, pierde la capacidad adquisitiva y, gracias a las políticas de austeridad europeas, estatales, autonómicas y municipales, pierde también los derechos básicos. Algunos han tenido suerte y tienen un trabajo mal pagado, un alquiler excesivo, y la capacidad económica justa para llenar la nevera y pagar el agua, la luz y el gas. Otros, viven en la pobreza más absoluta: ocupan pisos, pinchan el agua y la luz y reciclan los alimentos y la ropa. Sí, en el mejor de los mundos posibles. ¿Y la esperanza? Pues la esperanza, en general, no se pierde. "Saldremos". "Son momentos duros". "Los recortes son necesarios". "El Sr. Rajoy dice que ya ve brotes verdes". "El Sr. Mas dice que cuando nos independicemos estará todo arreglado". Y repetimos, como si fuera un mantra: "todavía somos clase media, aun somos pequeña burguesía".


Seguimos tropezando con la misma piedra, porque desde el 15-M y el "no nos representan", hemos dejado las plazas y hemos vuelto a casa. Ahora tenemos el facebook y el twitter, y un voto que no sabemos demasiado cómo gestionar. Las conciencias que se agitaron vuelven a la calma, y el 99% no llega al 1% cuando toca salir a la calle. La esperanza de la pasividad ha ganado la esperanza de la acción, y la estética renovada de nuestros políticos nos ha convencido de que la diferencia entre "ellos" y "nosotros" se vuelve a difuminar: hablan como nosotros, visten como nosotros , y dicen que son "de los nuestros". Y si Lukács tenía razón, desaparecemos. Desaparece la clase trabajadora porque hemos perdido la conciencia de nosotros mismos.


¿Que tenemos un problema en el trabajo? Contratamos un abogado y que nos lo arregle, los sindicatos son todos iguales. Nosotros somos como Jason Bourne y luchamos solos, no nos podemos fiar de nadie. ¿Que no nos gusta que hace el Alcalde (o el Presidente, o el Ministro)? le insultamos algo en el bar, en el descanso del partido de la Copa del Rey. Pero ¿cuántos de nosotros podemos nombrar un sindicato que no sea CCOO o UGT? O ¿por qué celebramos el 1 de mayo? O ¿qué partidos políticos tienen representación en nuestro Ayuntamiento? O ¿qué es el TTIP?. 

No, la política es trabajo de los demás (pero ¿que no difuminábamos la barrera?), La política es lo que sale en las noticias mientras cenamos con la familia en silencio ante la tele. Y nos tragamos la cena y el discurso alienante de los medios de comunicación capitalistas. Y no ridiculizamos a los que no hablan de lo que hablamos nosotros. ¿Patriarcado? ¿Co-crianza? ¿Socialismo? ¿Feminismo? ¿Anticapitalismo? ¿Plusvalía? ¿Lucha de clases?






Sí, no son palabras en chino, ni ruso, ni en coreano, y no quieren decir que las mujeres con cuernos rojos nos robarán lo poco que tenemos mientras dormimos y convertirán nuestro apacible entorno en una bacanal. Quieren decir cosas que nos afectan cada día y que ignoramos, quieren decir conocimiento, conciencia y lucha. Quieren decir dedicación y valentía para poner temas importantes sobre la mesa. Quieren decir que hay que romper mitos. Quieren decir que solos no podemos, que hay que tomar conciencia de clase explotada. Quieren decir que hay que pasar a la acción, que hay que hacerlo ya y que hay que hacerlo juntas, como clase.


Afortunadamente, los convencidos y convencidas de que es posible cambiar las cosas pero que debemos empezar por nosotros mismos tenemos nuestros espacios, tenemos nuestro entorno, y estos espacios y este entorno cada día son mayores. Y aquellos o aquellas que apenas empiecen a convencerse tienen donde acudir ya quien acudir: tienen el Casal la Cooperativa*(1) y el Ateneo Popular Sa Fera-Ferotge*(2), tienen la PAHC*(3) y la COS*(4), la Asamblea antipatriarcal Sa Pedra Foguera*(5), el Banco de Tiempo de Blanes*(6), Blanes Solidario*(7)... y cada día más asambleas y personas convencidas y con ganas de convencer. Tenemos muchas opciones y no tenemos excusa: ¡no nos detenemos, pasamos a la acción!