viernes, 17 de marzo de 2017

DIARIO DE RODAJE EN HAITÍ - Capítulo 1


Amanece en Puerto Príncipe, Haití. Salen los primeros rayos de sol y se empieza a vislumbrar las primeras casitas, los árboles, las calles, etc. Ayer por la tarde llegamos cansadas de tantas horas de vuelos y conexiones. ¡Qué difícil es llegar a Haití!. Pensaba en ello justamente. Llegar a países del primer mundo es fácil y directo. Llegar a un país pobre y maltratado como este es sumamente difícil, se deben realizar varias escalas, como si alguien tuviera la intención de frenar que llegue gente, como si no quisieran que fueras.




Pero al fin estamos aquí, último lugar de rodaje del documental “LEO A LA VIDA”. Haití nos recibió con una suave lluvia. Lola, la jefa de producción me comentó: “¿Te das cuenta que a todos los lugares que hemos ido, para realizar el rodaje de este documental, siempre el primer día que llegamos llueve?. Parece como si Leo, desde donde esté...” justo en ese punto se le quiebra la voz recordando a Leo. No me queda más remedio que ponerle el brazo por encima del hombro y confirmarle la casualidad. 

Nos acompañó desde el aeropuerto hasta la ciudad un joven haitiano, llamado Dominique. No muy hablador, pero atento, amable y un chófer de primera. Lo primero con lo que te encuentras al llegar a Puerto Príncipe es el caos circulatorio de esta ciudad. ¿Puede ser un reflejo del mismo estado que el resto del país?, aún no lo sé pero espero que no, que solo sea por la mala organización de calles, avenidas y carreteras que parecen hechas a golpe de catástrofe natural. 

Dominique nos preguntó que de donde éramos. Después de intentar explicar, por todos los medios, donde se encontraba Santa Eugènia de Ter (Girona), acabé diciéndole que veníamos de Catalunya. De repente se le encendió la mirada y dijo: “¡Barça!”, yo a regañadientes,  le dije que sí, que éramos del país donde está el Barça, pero que el año que viene se puede ir preparando porque el Girona le dará algún disgusto. Claro, Dominique, pues no sabía de que le hablaba. Le dije que ya le explicaría, ya que justo en ese momento estábamos llegando al hospedaje.

Desde el aeropuerto hasta el hostal, con los colores del atardecer y las primeras sombras de la noche, la primera sensación que tuve era que aún hay mucho por hacer, mucho cemento, mucha construcción o, mejor escrito, mucha reconstrucción. Pero, sin prisa. 

Y del color triste de todas las casitas de cemento, pasamos al color alegre de las vestimentas de las haitianas y haitianos, de su griterío y de su alegría. Justo pasábamos por un lugar donde se celebraba un evento y allí los vimos. Con sus mejores vestidos de todos los colores, entusiasmados, con esa sonrisa encendida por una dentadura blanca y jovial. Me alegró verlos así, porque como me decía Leo, esa es la esencia del haitiano, la alegría, como buenos caribeños.

Y aquí estoy, plantado delante de una ventana viendo amanecer en Puerto Príncipe, pensando y reflexionando. Mientras, los primeros rayos de sol empiezan a dibujarme la silueta de esta ciudad. Un nuevo día cargado de nuevas expectativas. Nosotras, hoy reunión de trabajo con las que nos ayudarán en la producción del rodaje, el compañero Frantz Grandoit y el compañero Jorge Despaigne. Os seguiré informando.


Julio Suárez. Diario de rodaje en Haití es un texto que no tiene más pretensión que el informar de nuestro trabajo de filmación del documental "Leo a la vida", en este país y algunos comentarios respecto a su situación actual.

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