jueves, 27 de octubre de 2016

TENGO ALGO QUE CONTARTE (6)

Correspondencia entre dos mujeres.



Salt, 27 de octubre de 2016


LA NATURALEZA... (INCLUSO HUMANA)


Mi querida habanera, qué mezcla de emociones me despierta leerla. La alegría de saber de usted, de todos ustedes, anda de la mano con la preocupación por los desastres con que la madre naturaleza nos va obsequiando de vez en cuando.

Y ahora créame si le digo que alguien desde aquí le podría preguntar tranquilamente: “¡Uy! ¿Pero el Matthew también pasó por Cuba? ¿Pero no fué por la costa Caribe y Haití hasta morir en Florida?. (¡Como si Cuba estuviese al ladito de Filipinas!)” Así es. Los medios de comunicación habitualmente presentes, nos ilustraron con todo tipo de fotos, entrevistas y reportajes. La mayoría de Colombia, Haití y Estados Unidos. Alguna cosita de Cuba, pero no demasiado. En definitiva, sólo acaban impactando los muertos que quedan detrás, y como en Cuba no hubo, parece que no hubiese pasado por allí. Nadie se dedicó a aclarar que este resultado fue gracias a los programas de prevención e intervención del gobierno cubano.

Por eso me gustó tanto leer en detalle unos momentos tan dolorosos y duros para su país. Poder hacernos una idea de la destrucción que siembra un fenómeno así, y sobre todo, cómo nos hace llegar el orgullo y la solidaridad con los que se mueven en ayuda de los afectados. ¡Qué lección de amor !. Cómo en medio del esfuerzo que requiere una emergencia así, son capaces de organizar el envío material y humano de ayuda a otro país más necesitado. En este aspecto le puedo decir cuantísimo he aprendido de ustedes y de los amigos nicaragüenses, que he tenido la inmensa suerte que se hayan cruzado en mi vida.

Porque le aseguro que aquí los parámetros solidarios son otros. El concepto de ayuda internacionalista que tienen ustedes no juega en la misma liga que el europeo. Sólo la invito a ver cómo en Europa, en no sé cuantísimo tiempo de ver personas errantes en busca de un destino lejos de la guerra o el hambre, los gobiernos aún no se han puesto de acuerdo ni en cuánta gente puede entrar en cada país. Los hay que hacen referéndum populares, otros cierran la frontera directamente, otros van mareando la perdiz discutiéndose entre las instituciones por el número,.. en fin, las mil y una formas de demorar la decisión final de no aceptarlos. Mientras tanto, ellos, los que huyen de la desgracia o de la miseria, van subsistiendo en campos de refugiados, centros de internamiento o muriendo en el intento del viaje. Ya ve, hay algunos derechos humanos que aún son una quimera.


Con lo que me explica podemos ver cómo a veces un desastre puede sacar lo mejor de cada pueblo, la esencia más humana y solidaria. Porque la naturaleza tiene eso, que no pregunta si nos parece bien o no que se enoje. Si nos viene bien el momento del desastre o no. Ella se enoja cuando le place y punto. Cuando yo era pequeña, recuerdo cómo una vez en mi casa, de repente se balanceaba la lámpara del comedor y daba saltitos la tapa de la estufa. Los muebles más ligeros se movían inquietos ellos solos. Le pregunté a mi madre qué pasaba y me dijo: es “un temblor de tierra” (después supe que así llamábamos allí a los terremotos chiquititos que alguna vez sucedían). Le volví a preguntar: “¿y por qué tiembla la tierra? ¿Es que tiene miedo, o tiene frío? (eran los dos motivos por los cuales yo podía justificar un temblor espontáneo). Mi madre, que me debió leer el susto en la cara, dijo con toda la calma que pudo reunir, pero con esa habilidad que tienen las madres para transformar la angustia en tranquilidad para sus polluelos: “seguramente tiembla de nervios. Se ha puesto un poquito nerviosa, pero enseguida se le pasa, no te preocupes”. Como efectivamente se pasó enseguida, para mí se volvió a reafirmar que las inyecciones de sosiego maternas eran las más efectivas del mundo, y que ella siempre tenía razón y soluciones para todo.

Han pasado muchos años. Mi madre murió hace ya 25, pero me he acordado infinidad de veces de ella cada vez que “la tierra se pone nerviosa” y nos envía su furia en forma de catástrofes naturales. Y pienso que si hace 50 años ya se ponía un poquito nerviosa, ahora la debemos tener ya atacada de los nervios, tal y como la ninguneamos. ¿Sabe qué creo, amiga mía? Que no nos damos por avisados y seguimos empecinados en ignorar sus rabietas, en no mimarla a ver si nos hace mejores tratos. Y además somos incapaces de aprovechar los recursos que nos brinda para un beneficio colectivo, en un intento de mantener un mínimo equilibrio y amistad con ella. Ya ve, ¡lo estamos bordando!.

Le hablo de tierra, naturaleza y recursos, porque hay temas que me consumen. Uno de ellos es el aprovechamiento de las energías naturales. Por ejemplo, siempre que pregunto por qué en este país no instalamos más placas solares para la producción energética, me contestan que son poco eficientes, que salen muy caras, que no compensa la inversión con la energía producida,....en fin, que acabas pensando que debe ser muy complicado trasladar el calorcito del sol a la bombilla de casa. Qué se le va a hacer, es una lástima. Pero he tenido la suerte de hacer un viajecito la semana pasada a una región alpina de Italia. Frío, nieve y enormes montañotas que te rodean y te van dejando chiquitito en su inmensidad. Pues bien, en este entorno, resulta que me encuentro multitud de viviendas con sus plaquitas solares en el tejado, plaquitas solares en las farolas, plaquitas solares en las paradas del bus, plaquitas solares en las casetas de las bicicletas,.. en muchas ocasiones cubiertas de nieve ya.


Mi pregunta: ¿cómo es posible que en un valle de los Alpes, donde el frío y la nieve ocupan buena parte del año, donde el sol queda escondido muy pronto por las montañas, esta gente tengan tantísimas placas puestas? ¿Nadie les ha explicado lo difícil y costoso que es llevar el solecito hasta las bombillas? ¿O es que su sol tiene una puerta trasera para entrar directo a los termos de agua caliente? La respuesta es: no. Parece ser que su sol y el nuestro son el mismo, con la diferencia que en gran parte de nuestro país calienta mucho más por latitud y orografía. Pero aquí hemos hecho que sea una energía cara, dificultosa y por tanto, poco electiva. Los motivos. Supongo que hay varios, no soy ninguna experta en la materia. Pero creo que uno de los principales es “las puertas giratorias”. Son ésas en las que parece que alguien sale de un sitio por esa puerta cuando en realidad está volviendo a entrar. Se trata de un sencillo mecanismo por el cual, un alto cargo político, cuando deja de serlo (bien por decisión de las urnas, de motu propio, o por necesidad de retirarlo por pura corrupción) acaba en el consejo de administración de las mayores empresas energéticas. Huelga decir que estas empresas no son públicas, pero sí muy influyentes en la política y economía nacionales. Es casi como por arte de magia, pero sin necesidad de varita. 


Como usted intuirá, amiga mía, quien está gestionando los beneficios de una empresa, velará porque sean los mayores posibles, ¿no? Y si para ello hay que hacer leyes energéticas a medida, pues se hacen, que para eso hasta hace muy poco estaban en el lado de quien dicta las leyes, y ya saben bien cómo abordar el tema. Si por ese camino de sus ganancias van quedando gentes pasando frío por no poder pagar una factura de energía, eso es lo de menos. Total, ¿quién les mandó a ellos ser pobres? En fin, mi estimada habanera, solo quería compartir algunos pensamientos con usted. Será mejor que dejemos descansar por hoy a la naturaleza, a la madre tierra y a todas sus gentes buenas y solidarias que la habitan, ¿no le parece?

Le envío desde aquí muchísimos ánimos para la reconstrucción que les espera. Seguro que será una empresa dura, pero sin ninguna duda la llevarán a cabo de forma exitosa, como siempre que han debido sobreponerse a la adversidad.

Un gran abrazo transoceánico.

Vicentita



(*)Tengo algo que contarte. Correspondencia entre dos mujeres es una relación epistolar entre una mujer de La Habana y otra de Salt (Girona). La publicación de estas cartas se realiza con el permiso de ellas mismas que han confiando en La Guerrilla Comunicacional su publicación.

Si es la primera carta que lees puede ser que te interese ver el histórico de la correspondencia:

Prólogo: http://miraicrida.blogspot.com.es/2016/09/tengo-algo-que-contarte.html
Carta 1ª: http://miraicrida.blogspot.com.es/2016/09/tengo-algo-que-contarte-1.html
Carta 2ª: http://miraicrida.blogspot.com.es/2016/09/tengo-algo-que-contarte-2.html
Carta 3ª: http://miraicrida.blogspot.com.es/2016/09/tengo-algo-que-contarte-3.html
Carta 4ª: http://miraicrida.blogspot.com.es/2016/09/tengo-algo-que-contarte-4.html
Carta 5ª: http://miraicrida.blogspot.com.es/2016/10/tengo-algo-que-contarte-5.html


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